La función de la decoración en los cuadros de Mariajosé Gallardo Soler
La función de la decoración en los cuadros de Mariajosé Gallardo Soler. Michel Hubert Lépicouché. Vca. 04.
A nadie se le puede escapar el carácter barroco- incluso manierista- de la pintura de Mariajosé Gallardo Soler: presencia en ella de más lineas curvas que rectas; exuberancia de los elementos decorativos que enmarañan con sus encajes la casi totalidad del cuadro, como si esta artista sintiera un especial horror al vacío; desarrollo de la narración utilizando escalas distintas para producir saltos de lectura en un mismo cuadro, con el inevitable resultado de ciertas distorsiones de la lógica perspectiva, en total oposición a los cánones del estilo clásico. “En todas partes donde encontramos reunidas en un solo gesto varias intenciones contradictorias, nos advierte Eugenio D’ors, el resultado estilístico pertenece al barroco” (1). Para ilustrar el efecto pictórico producido por esa vena barroca en los cuadros de esta joven renovadora de la pintura debo también recurrir a ese otro maestro del estudio del barroco que fue Severo Sarduy, quien compara el enmañaramiento barroco con ese universo que la modernidad nos presenta como si de un verdadero patchwork se tratara, donde las galaxias tejen una tapicería maravillosa con complejos motivos dentro de inmensos espacios vacíos (2).